21 de Enero de 2014

Todavía me parece escuchar las palabras de don Alfredo (que en paz descanse):

Lo más importante es que el ritual tenga corazón, que venga de la verdad de tu corazón.
 
Lo otro importante es que necesitas tener una visión clara: ¿qué buscas?, ¿para qué es el ritual?
Don Alfredo es el chamán que me apoyó y con quien hice prácticas hace ya muchos años.
Con diferentes palabras, pero siempre con el mismo sentido, los diversos  maestros y guías que he tenido a lo largo de los años sólo han confirmado esta versión.
Para Loly, mi esposa, a quien considero una experta en el tema, un ritual necesitaría incluir los siguientes pasos:
1.  Inicia dándote un instante para enfocar tu atención en el momento presente. Aunque suena obvio, te sorprendería saber cuántas veces tu mente está en el pasado o proyectando en el futuro, y no enfocando  tu energía en el aquí y ahora.
Un buen “anclaje” que ya hemos recomendado en otros boletines, es tu respiración. Date un instante al inicio para enfocarte en tu respiración profunda,  y conéctate a través de ella con el momento presente. Inicia tu “Pausa Sagrada”.
2.  Comienza agradeciendo. Como ya he señalado en otros boletines, agradecer es la forma más profunda de recibir. Enfócate  por un momento y agradece lo que has recibido, lo que sí se ha dado. Si estas con un grupo, agradece la asistencia  de las personas que están presentes o involucradas contigo en este ritual (puedes hacerlo en silencio).
3.  Lleva ahora  tu atención al centro emocional y energético de tu corazón. Primero encuentra, y luego expresa desde ahí tu intención. ¿Cuál es el sentido de este ritual?, ¿Qué es lo que necesitas o deseas?, ¿Qué impacto buscas con este movimiento de conciencia?  No te apresures, deja que fluya tu ritmo orgánico.
4.  Si para ti es conveniente, invoca la energía de elementos o poderes superiores que pudieran apoyar y fortalecer tu intención.
 
5.  Cierra dando gracias, y soltando con un voto de confianza que aquello que buscas o quieres, tendrá la respuesta más conveniente del universo. Entrega tu intención a la voluntad superior.
Si te das cuenta,  estos son los mismos ingredientes que requiere toda oración profunda, por eso las oraciones son muchas veces la parte central en un ritual.

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