18 de Junio de 2013

Agradecerte a ti mismo es comenzar a cultivar formas de aprecio y amabilidad para relacionarte contigo, y éstas comienzan modificando la manera en cómo te ves.
 
Para trabajar con la forma en que te ves a ti mismo te propongo realizar una pequeña visualización. Puedes usarla cuando te das cuenta que te estás juzgando, o simplemente cuando te sientes un poco fuera de balance.
Para empezar, encuentra un lugar donde puedas estar tranquilo y sin ser interrumpido por aproximadamente 10 minutos. Si te gusta acompañarte de música, escoge una música que te invite a relajarte, a suavizar.
Siéntate con tu espalda derecha (sin estar tieso). Acomoda tus manos sobre tus muslos con las palmas hacia arriba, y haz 2 o 3 inhalaciones profundas procurando con cada exhalación relajar tu cuerpo.
Regresa tu respiración a su ritmo natural y enfoca tu atención por un momento en la sensación de respirar. El movimiento rítmico de tu pecho y de tu vientre… date cuenta que en este momento no hay nada que necesitas hacer… nada que te haga falta… nada que no tengas…
Enfoca ahora tu atención en tu cabeza. Ahí está tu mente, centro de tu conciencia y de todas las buenas ideas, metas y sueños que tienes.
Sonríe y mentalmente agradece a tu mente su capacidad de pensar, de saber, de ser consciente.  Agradece  cada nueva idea, creencia y visión que te apoya para ser quien eres. (Inhala con profundidad, cierra tus ojos por un momento y nútrete de esta gratitud).
Enfoca ahora tu atención en tus hombros, tus brazos, tus manos. Ahí están los canales por los cuales expresas lo que quieres hacer en el mundo.
Sonríe y mentalmente agradece a tus brazos y manos como te permiten ir al mundo para alcanzar lo que necesitas, cómo hacen posible que materialices a través de ellas tus ideas e intuiciones. Agradece tu capacidad de dar y recibir. (Inhala con profundidad, cierra tus ojos por un momento y nútrete de esta gratitud.)
Enfoca ahora tu pecho y tu vientre. En el centro de tu pecho percibe la sede emocional de tu corazón.
Sonríe y mentalmente agradece a tu pecho y vientre, ser los centros donde habita tu generosidad, tu ternura y tu vulnerabilidad.  Agradece todo lo que te has dado a ti mismo y todo lo que has dado a los demás. (Inhala con profundidad, cierra tus ojos por un momento y nútrete de esta gratitud.)
Enfoca por último tu atención en tus muslos, tus piernas y pies.
Sonríe y mentalmente agradece a tus piernas y pies su fuerza y funcionalidad que te permiten estar presente y arraigado en tu realidad. Agradece tu capacidad de poder desplazarte y tener movilidad en el mundo, alejarte de lo que no quieres e ir hacia lo que anhelas (Inhala con profundidad, cierra tus ojos por un momento y nútrete de esta gratitud.)
Para finalizar, date un momento para sentirte completamente rodeado por esta energía de gratitud. Agradece ser simplemente quien eres. (Inhala con profundidad, cierra tus ojos por un momento y nútrete.)
Agradecer quien eres significa mantener y expresar pensamientos amables hacia ti mismo, por el solo hecho de ser tú.
Recuerda, la tentación es recordar los aspectos menos favorables de ti, tus errores, tus decisiones equivocadas… pero esa no es tu esencia, son sólo algunas cosas que has hecho.
Cómo te Ves, Determina tu Actitud.

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