26 de Febrero de 2013

A veces nos referimos a la sexualidad como nuestra «naturaleza animal»… es curioso, porque en realidad nuestra sexualidad es MUY diferente de la sexualidad de las demás especies.
Una primera gran diferencia: podemos tener relaciones solamente para tener placer, nuestra sexualidad no está condicionada a la función de procreación (en los 60s, en plena «revolución sexual» se acuñó el término «sexo recreativo»).
Además  la sexualidad nos puede ayudar a crear un vínculo -una conexión más profunda- con otra persona. (sí…el placer ayuda a crear este vínculo).
Amor…. alegría… realización… unión.
Todo esto se puede obtener a través del sexo.
Pero tener un sexo que nos permita desarrollar este vínculo no es fácil en una relación en donde hay tensión, desconfianza, miedo, culpa, y demás conflictos emocionales.
Las relaciones de dominio o sumisión no conducen a la experiencia profunda del placer y del amor.
Tus relaciones sexuales pueden ser más nutricias y satisfactorias, con más placer y menos dolor, y pueden complementar las relaciones significativas y amorosas que tanto anhelas.
Y es un hecho que es posible crear una relación amorosa donde el interés y la atracción sexuales aumenten con el tiempo…

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