7 de Enero 2015

Joe Simpson descendía satisfecho, después de haber conquistado la cumbre del Siula Grande (6,344 mts.), en los Andes.
De pronto, resbaló y comenzó a caer.
Sólo bastó un instante… un parpadeo… un descuido.
No obstante ser un alpinista experimentado, no puedo detenerse. Se desplomó accidentadamente por la ladera.
Setenta metros mas abajo, finalmente un acantilado lo detuvo.
Sabía que en ese apartado lugar no tenia posibilidad de ayuda externa, jamás lo encontrarían… también sabía que su pierna derecha estaba completamente rota.
Básicamente se enfrentaba a tres opciones:
… quedarse ahí, inmóvil, esperando que ocurriera algún milagro, o cuando menos, una muerte sin mucho dolor…
… tratar de escalar nuevamente hacia el pico, aunque esto resultaba prácticamente imposible, ya que apenas podía moverse…
… por ultimo, terminar de descolgarse hacia el abismo… hacia lo desconocido…
Permaneció ahí algunos días, luchando consigo mismo, con su miedo y su angustia… sin animarse a tomar una decisión.
Finalmente eligió descolgarse… hacia el precipicio.
Fue afortunado.
Logró llegar nuevamente a la ladera de la montaña. Se arrastró por tres días hasta el campamento base.
Estaba exhausto y casi delirando cuando por fin lo alcanzó. Y llegó justo a tiempo, apenas unas horas antes de que sus compañeros emprendieran el regreso.
Esta historia nos recuerda que cuando tus certezas y seguridades se desvanecen, cuando te enfrentas a lo desconocido, te confrontas también contigo mismo.
Lo mismo puede estar sucediéndote ahora.
Este 2015 nos encuentra con los mismos pendientes que dejó el 2014: corrupción, impunidad, zozobra social y falta de respuestas sensibles y efectivas. Ahora también hay que añadir más dificultades económicas.
No lo dudes, el primer terreno de confrontación ya se esta dando en tu interior.
Al igual que Joe Simpson, frente a esta situación crítica tú también necesitas elegir:
… ¿Me quedo inmóvil, esperando que un milagro mejore mi situación, la situación de mi país?…
… ¿Intento regresar al pasado, a reconstruir lo que me daba seguridad?…
… ¿O me atrevo a dar el paso hacia lo desconocido, a crear posibilidades y aportar soluciones que aún no están presentes?…
Y al igual que Joe, el primer paso es tomar conciencia y confrontar tu experiencia interna, en especial tu miedo y ansiedad.
Usualmente evitamos aquello que tememos; y usualmente tememos aquello que no comprendemos. Esto resulta especialmente cierto con el miedo y la ansiedad.
En los próximos boletines aprenderás de tu ansiedad y de tu miedo y cómo transformarlos en recursos para tu crecimiento.