7 de Mayo de 2013

Es difícil –si no es que imposible- que fluya la pasión cuando estás enojado o resentido.
El enojo, el resentimiento o la sensación de haber sido herido, necesitan resolverse antes de que la conexión erótica pueda nuevamente restablecerse.
Digamos que tu pareja hizo algo que te lastimó, o acaban de tener una discusión fuerte en donde volaron frases hirientes de uno y otro lado.
Estas acciones y palabras es muy probable que se queden circulando en tu cabeza, retroalimentándose con los sentimientos de sentirte molesto o herido.
Quizás incluso tomaste la decisión de hacer un poco de distancia de tu pareja, buscando protegerte y no volver a sentirte herido. O quizás en ese retiro de silencio navega subterránea la energía de tu revancha, con una hostilidad que no se expresa en palabras (“la ley del hielo”).
Cualquiera que sea la creencia en la que estés instalado, sientes que tu amor propio recibió un golpe; ahora la pasión y el romance están muy disminuidos o parece que han desaparecido.
Es importante comprender que los pensamientos, los sentimientos y las acciones están íntimamente conectados.
Si tienes pensamientos negativos acerca de alguien, es comprensible que tus sentimientos tiendan a navegar en una dirección congruente con esa visión negativa. Pensamientos de amor y esperanza, por otra parte, reproducen sentimientos cordiales y optimistas.
Intenta este experimento:
+ Cierra tus ojos e imagina tu pastel favorito.
+ Visualízalo de cerca. Si no está en rebanadas, visualiza una rebanada.
+ Visualiza su suavidad, su cremosidad, sus colores.
+ Huele ahora su apetitosa fragancia.
+ Dale una mordida a esta rebanada imaginaria y trata de observar que pasa en tu boca.
¿Qué sucede? Muy probablemente has comenzado a salivar.
¿Cómo ha sucedido esto?, ¿Dónde está el pastel? Obviamente no hay un pastel real, es imaginario, la rebanada está solamente en tu mente.
Sin embargo, este pensamiento generó mensajes energéticos a todo tu cuerpo, e inmediatamente comenzaste a experimentar sensaciones específicas.
Tu mente y tu cuerpo están íntimamente conectados, tus pensamientos se transforman en experiencia… experiencias muy reales.
Tu resentimiento interfiere con tu respuesta sexual y  necesitas resolverlo antes de intentar una reconexión erótica con tu pareja.