29 de Octubre de 2013

¿las lesiones son meros accidentes? ¿O tienen algún significado, algún mensaje que tu cuerpo quiere comunicar?
Una primera pista te la puede dar  identificar el tipo de tejido u órgano involucrado. Así, al lesionarte un tobillo, no es lo mismo:
1. Sufrir una torcedura.
2. Que rompértelo.
En el caso 1, está involucrado un tejido “suave”: los músculos o los tendones.
En el caso 2, está involucrado un tejido “duro”: los huesos.
Su diferente función en el organismo, nos sugiere distintas pistas y connotaciones.
El esqueleto es lo que te sostiene desde tu dimensión más profunda. Es lo que te da estructura, lo que te permite moverte en este mundo. Así que una dolencia en los huesos te habla de algo que está en desequilibrio a un nivel muy profundo.
La pista aquí seria, revisar los aspectos más centrales de tu persona,  atender las dimensiones de tu ser más esencial.
Los músculos son lo que te mueve. En esta referencia, una lesión en este tejido te habla de tu nivel psicológico y mental.
La pista aquí implica revisar: ¿Cómo está tu sistema de creencias? ¿Es adecuada la imagen que tienes de ti mismo? ¿Tu imagen de cómo debe ser el mundo? Quizá te estás presionando demasiado, exigiéndote de más.
Una tercera dimensión son las lesiones en las que están involucrados los fluidos: sangre, plasma, etc.
Los fluidos aparecen cuando expresamos emociones: si estamos tristes, hay lágrimas; cuando excitados o nerviosos, sudamos. En este caso la invitación es a revisar tu dimensión emocional… esas áreas sensibles de tu vida que has dejado desatendidas.
El cuerpo es tu aliado para vivir una buena vida… si aprendes a leerlo y lo escuchas como a un buen amigo.

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