16 de Noviembre de 2012

Cuando piensas demasiado es difícil sentir tus emociones.
Las explicas, las racionalizas, intentas comprenderlas… ¡pero no las sientes!
Tu cuerpo, por otro lado, sabe de las emociones.
Tu cuerpo siente las pérdidas, percibe cuando alguien invade sus límites, advierte lo que es perjudicial y amenazante y lo que no.
Tu cuerpo puede sentir incluso la presencia de un miembro aunque esté haya sido amputado.
Tu cuerpo  experimenta  las emociones visceralmente, es él quien extraña el abrazo del amante ausente y el eco de las voces que faltan.
Es tu cuerpo el que vive la realidad de una separación, la hostilidad de una amenaza, las heridas  que conlleva vivir la vida.
Tu cuerpo vive en el aquí y en el ahora, es ahí donde ocurre la realidad de tu experiencia humana.
Tu cuerpo sabe cómo te sientes realmente.

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