¿Recuerdas lo que dicen las azafatas?

Ya sabes:

“En caso de que el avión pierda presión en la cabina, ponte tu propia máscara de oxígeno antes de ayudar a alguien mas”.

Me gusta la idea para ilustrar un punto importante: si no puedes cuidar de ti, no podrás cuidar a otros.

Es bueno sentir compasión por otros, pero a veces la vida demanda que sientas autocompasión.

¿Autocompasión?

Para decirlo de la forma más simple, la autocompasión es llevar ese deseo de evitar que alguien sufra, y aplicarlo en el ser que lo merece más que ningún otro: Tú.

la importancia de la autocompasión

¿Buscas Desarrollo Personal?

¿Buscas Formarte Profesionalmente?

¿Te gustaría Formar Parte de una Comunidad de Crecimiento?

¡Te invitamos a este viaje apasionante!

La autocompasión no es quejarte, compadecerte, ni tampoco rendirte.

De hecho, la autocompasión te fortalece.

Te permite sobrellevar y sobreponerte a situaciones que de otra manera no podrías.

Permite que recicles tu energía y resurjas.

Cuando sientes compasión por ti, no culpas a otros del dolor que enfrentas en la vida. Te ayuda a reconocerlo, a procesarlo, incluso a crecer a través de él.

Sin embargo, la autocompasión también es un reto, porque no siempre es fácil.

Puedes temer que sentir compasión por ti te vuelva débil.

O tal vez se te dificulte porque estás demasiado acostumbrado al habito de la autocrítica.

O quizás te da miedo pensar que la autocompasión termine llevándote a una posición egoísta en donde sólo cuentas tú.

O, simplemente, en el fondo sientes que no la mereces.

Ser tu amigo -actuar como tu mejor aliado- hace que tengas más energía y entusiasmo en tus proyectos.

Que te atrevas a tomar más riesgos, porque sabes que si “fallas”, tienes un terreno blando en donde caer: la compasión por ti mismo.

Si pretendes desarrollar tu compasión por otros, necesitas aprender a cuidarte.

El fundamento de la compasión, es la autocompasión.

× ¿Cómo puedo ayudarte?