En febrero de 1974 todo el mundo despertamos sorprendidos con una noticia.

Un soldado japonés había sobrevivido por tres décadas escondido en las selvas de Filipinas, luchando aún la Segunda Guerra Mundial.

¡Tres décadas!

Como sabemos, la guerra terminó oficialmente en agosto de 1945, cuando Japón se rindió a los aliados.
El anuncio llegó a todo el mundo. Parecía imposible que alguien no se enterara.

Parecía… pero no fue así.

Para el teniente Hiroo Onoda, la lucha por la causa imperial continuo hasta 1974.

Sí, ¡1974!

¿Buscas Desarrollo Personal?

¿Buscas Formarte Profesionalmente?

¿Te gustaría Formar Parte de una Comunidad de Crecimiento?

¡Te invitamos a este viaje apasionante!

A finales de 1944, Onoda llegó comisionado a las Filipinas con la orden de “no rendirse ni suicidarse”.

Por 30 años mató a varias personas, quemó cultivos, robó arroz y causó tanto sabotaje como pudo. Se mantuvo en pie de guerra, aunque ya era el único.

No importó que en los encuentros con lugareños estos le explicaran que la guerra había terminado años atrás. Que no encontrara ningún camarada, ni señales del enemigo. Onoda se creía cumpliendo su deber con honor.

No fue sino hasta que el oficial que había estado a su mando vino a relevarlo de sus funciones, que el último combatiente de la Segunda Guerra Mundial, finalmente, depuso las armas.

Esta historia es interesante… y se parece un poco a ti y a mí, ¿no crees?

Porque lo mismo pasa en tu mente subconsciente. Hace muchos años recibió instrucciones de qué tenía que hacer para sobrevivir.
Y como Onoda se ha mantenido cumpliendo su deber. Con honor.

Muy temprano en tu vida aprendes que dependes mucho del apoyo de otras personas para sobrevivir. De pequeño no tienes la autosuficiencia para procurarte alimento, para protegerte, ni siquiera para consolarte a ti mismo.

Para sentirte seguro, a salvo, desarrollas estrategias que intentan garantizar tu sobrevivencia, y disminuir las posibilidades de experimentar dolor.

Así es como se crean las profundas programaciones y aprendizajes de tu mente subconsciente.

Esta parte de ti, es tu Onoda interno: siempre en guardia, siempre atento al peligro, y muchas veces asumiendo lo peor.

Quizás tu estrategia no es seguir combatiendo, como él lo hizo. ¿Pero te observas intentando complacer a otros?; ¿pasar desapercibido?; ¿estar “en guardia” a la menor provocación?

Por eso es importante que lleves conciencia a las programaciones tempranas de tu estrategia de sobrevivencia. ¿Qué es lo que estás intentando proteger?

¿Te imaginas el descanso, la liberación que puedes vivir, cuando esos rincones de tu mente se enteren que la guerra ya ha terminado?

× ¿Cómo puedo ayudarte?