Roland Diller, quien fuera vecino de Abraham Lincoln en Springfield, narraba esta anécdota:

«Un día llamaron mi atención los gritos de unos niños en la calle. Al salir, vi que estaba el señor Lincoln, caminando con dos pequeños, quienes gritaban en voz alta”.

‘¿Qué sucede Sr. Lincoln, qué pasa con estos chicos?’ Le pregunté.

‘Lo mismo que pasa con todo el mundo – me respondió- tengo tres nueces, y cada uno quiere dos’”.

Esta es una manera de recordarnos que nuestra condición humana está «siempre asechando” a la vuelta de cualquier esquina.

Que inevitablemente la vida te pondrá a prueba de diferentes maneras… y sin aviso…

… puede ser que tengas una confrontación con tu pareja,

… tal vez un conflicto con un compañero de trabajo,

… o quizá alguien muy cercano te desilusione.

Cuando esto suceda, es muy probable que “tu sombra” se active.

En los últimos boletines te he invitado a reflexionar y explorar tu sombra desde diferentes ángulos.

Los beneficios más importantes de este proceso aparecerán en la medida en que cultives una relación cercana con ella. Si sostienes este proceso, podrás enfrentar con mayores recursos esas situaciones inesperadas, conflictivas.

Pase lo que pase, podrás tomar cada experiencia como una oportunidad para ver tu sombra. Como una oportunidad para aprender un uso más sabio de estas energías

Crecerás en tu posibilidad de abrazar todo lo que eres: lo más luminoso y lo más oscuro; lo “mejor” y lo más criticable; lo que renace y lo que muere dentro de ti.

Este proceso de sanación profunda es tu derecho de nacimiento.

¡Esta es la jornada del héroe de nuestro tiempo!

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