Si sostengo un objeto y lo suelto, este objeto caerá al suelo.
Si lo suelto otra vez, volverá a caer.
Si lo suelto mil veces, mil veces caerá.
De hecho, caerá siempre. La ley de la gravedad aplica todo el tiempo, me guste o no.
Lo mismo sucede con el diseño biológico que heredaste de nuestros antepasados: está concebido para ayudarte a sobrevivir.
¿Y cómo te ayuda? Muy simple: si percibe la posibilidad de amenaza, va a reaccionar.
Pero a diferencia de la Ley de la Gravedad, que no permite más que una sola respuesta siempre y cada vez, si tomas conciencia de esta programación en tu organismo, puedes cultivar ciertas habilidades que van a abrir un abanico de posibilidades más productivas y gratificantes para ti.
Con la intención de ayudarte en este proceso, te invito a realizar una exploración.
Primero, Piensa en un aspecto de tu vida en el cual sueles vivir incertidumbre… uno donde habitualmente te descubres con ansiedad.
… Puede ser tu economía, tal vez problemas con el dinero.
… Quizás te preocupas con frecuencia por tu familia…
… Tal vez sea una situación poco clara en tu trabajo o en tu escuela…
Encuentra ese aspecto de tu vida en donde te vives con incertidumbre, el que quieras, elígelo.
¿Ya lo tienes?
Este es el primer paso: tomar conciencia de él.
No toleres que se quede en el fondo de tu psique como una incertidumbre vaga o una sensación indefinida de inquietud.
Ahora, intenta ser lo más preciso posible. Toma valor y pregúntate a ti mismo:
¿Qué es?
¿Cuál es ese riesgo que temo?
¿Qué es lo peor que pienso puede pasar?
Trata de responder a estas preguntas, poniéndole nombre a la amenaza…
Y cuando la hayas identificado, hazte estas tres preguntas:
1. ¿Realmente, qué tan probable es que suceda este evento no deseado? ¿Es muy probable o es poco probable?
Por ejemplo: ¿Qué tan probable es que te odien en el trabajo si hablas más en las reuniones? o ¿qué tan probable es que tu hijo rebelde termine en la cárcel por el resto de su vida?
¿Qué probabilidad existe realmente de que tu amenaza suceda?
2. Si llegara a ocurrir, ¿qué tan malo sería?, ¿cuál consideras que sería el daño?, ¿cuánto duraría?
No intentes minimizarlo, estás tratando de ser realista.
3. Y, por último, si en verdad sucediera, ¿cómo lo enfrentarías?, ¿cómo usarías tus recursos y habilidades?, ¿a quienes podrías recurrir, quienes te pueden ayudar?, ¿cómo te las arreglarías?
Cuando aplicas esta técnica frente a los fantasmas que proyecta la incertidumbre, tu conciencia los ilumina y te ayuda a percibir su verdadera proporción. Al mismo tiempo, aprendes a tratarte con mas compasión cuando se activen tus sistemas de alerta.
Espero que esta exploración te ayude…
“A penetrar poquito a poco en el muro de la incertidumbre,
a despejar cada enigma de su enigma,
a cada sospecha de su amenaza”.
Mario Benedetii
PD.- Pasar de las reacciones “automáticas” a las respuestas deliberadas y conscientes te pone en la vía rápida hacia una vida más plena, más satisfactoria…
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