19 de octubre de 2011
En esta ocasión te invito a experimentar el poder de la respiración como restaurador de los estados emocionales. Esta respiración de transformación es una de mis favoritas, y se basa en la antigua práctica Tibetana de Tonglen.
- Encuentra una posición confortable de preferencia sentado(a). Acomoda tu postura de tal manera que no haya molestias que te distraigan, y cuida que la ropa no limite el movimiento de tu respiración tanto en el tórax como en el vient
- Cierra tus ojos, y enfócate ahora en la situación difícil, dolorosa que estás viviendo, o en la sensación física -emocional que te conflictúa en este momento. A diferencia de lo que comúnmente hacemos (intentar negar o huir de la situación difícil), en esta práctica no intentes cambiar nada, y mantén tu atención enfocada en eso que te incomoda.
- Ve si es posible nombrar tu experiencia: ¿es dolor?, ¿enojo?, ¿miedo? Pregúntate cómo sería el estado polar opuesto: ¿consuelo… aceptación… confianza?
- Ahora, con tu próxima inhalación, conscientemente toma, recibe en tu interior esa experiencia difícil, abrázala con tu conciencia. Y al exhalar intenta proyectar, emanar, ese estado polar opuesto, el consuelo, la confianza, etc. Inhalamos lo que nos confronta y asusta, y exhalamos lo que nos consuela e integra
- Repite por unos minutos esta dinámica hasta que comiences a observar cómo se relaja y transforma tu experiencia interna. No te presiones, ni apresures, dale su tiempo.
- Cuando te sientas listo(a) para terminar, sonríe, agradece… Esta es la magia de la conciencia transformando tu energía.