Eyaculación Prematura
De entrada, la sola mención de este término puede producir cierto escalofrío entre los varones.
Reconozcámoslo, para muchos de nosotros éste sigue siendo un tema tabú; es decir, un tema difícil de abordar con apertura y honestidad.
En bromas, chistes, canciones y películas la capacidad de potencia sexual se asocia como elemento central de la identidad masculina. «Fallar» o no estar a la altura de las expectativas sexuales (principalmente propias), se asemeja a «fallar» como hombres.
Lo cierto es que cerca del 75% de los hombres experimentarán alguna vez en su vida una eyaculación precoz, mientras que la tasa de prevalencia como un trastorno clínico se sitúa mundialmente en un 30%.
Pero, ¿Qué es la eyaculación prematura?
Masters y Johnson consideraban que si un hombre eyacula antes de que su amante logre un orgasmo en más del 50% de sus relaciones sexuales, padecía eyaculación precoz.
Otros sexólogos (con base en los estudios de Kinsey) consideraban que si un hombre eyacula después de la penetración en dos minutos o menos, tiene eyaculación prematura.
Hoy día el consenso entre los expertos define la eyaculación precoz como la falta de control eyaculatorio en un nivel que interfiere con el bienestar sexual y emocional de uno o ambos amantes.
Desde la perspectiva Psicocorporal, subrayamos la dimensión energética dentro de la sexualidad.
El orgasmo es también una liberación de energía. Por lo tanto, entre más capacidad de sostener la carga energética (excitación) tenga la persona, más tiempo puede mantenerse en la actividad sexual sin eyacular y más intensa y disfrutable será la liberación de esa carga (orgasmo).