En el boletín anterior te invitaba a considerar un fenómeno:
Cuando la reacción de miedo se activa en ti, la actividad de tu corteza pre-frontal (el área del cerebro que se encarga del pensamiento racional) se apaga.
En otras palabras, cuando el miedo te consume, literalmente dejas de pensar.
Y terminaba con una propuesta: es muy difícil cambiar al mundo mediante revoluciones, es mejor alternativa sembrar conciencia, empezando por ti.
Está propuesta no es solo un consejo general o un cliché genérico, tiene algunos pasos muy reales y prácticos. Hoy te ofrezco uno.
En tu organismo tienes aproximadamente 40 mil millones de células neuronales que no están en tu cerebro.
Como toda neurona, estas células pueden aprender, “pensar”, recordar, comunicarse y reprogramar todo tu sistema nervioso.
Pero lo más sorprendente es que estas células especializadas…
… ¡están en tu corazón!.
Y no solo eso; están concentradas ahí con tal densidad (entre el 60 y 65 %), que los neuro-cardiólogos ya le llaman a tu corazón: el “pequeño cerebro”.
Estamos tan condicionados a reaccionar y funcionar desde nuestra mente que no utilizamos este potencial a nuestro favor.
Pero imagínate por un momento qué pasaría si pudieras integrar estas dos dimensiones.
Sí pudieras armonizar tu cerebro (el gran procesador de pensamiento) con tu corazón (el gran procesador de emociones).
Cuando armonizas este pequeño cerebro en tu corazón con el gran cerebro que tienes en la cabeza, abres un acceso más profundo a tu intuición.
Cuando los conectas, tu capacidad de empatía y compasión se expande.
Y hay una ventaja adicional:
Cuando procesas información involucrando la sabiduría de tu corazón, se reduce el funcionamiento desde las creencias limitantes, el miedo y la duda, que están programadas profundamente en las conexiones y pautas neuronales instaladas en tu cerebro.
Al conectar cerebro y corazón, la información fluye en una especie de línea directa, lo que permite que puedas manejarte con menos reactividad y más sensatez frente al bombardeo de los “profesionales del miedo”.
En las condiciones actuales, quizás es demasiado pedirte cambiar “el mundo”.
Pero, sin duda, puedes comenzar a cambiarte a ti mismo.
De esto seguiremos hablando en otro boletín…
Hasta pronto.
Jorge Galindo
Director CÓRPORE
www.corporal.com.mx
PD.- Esto que es un descubrimiento para los neurofisiólogos es una conocida propuesta del enfoque psico-corporal.
Cuando integras -en armonía- la mente, el cuerpo y las emociones, tus decisiones te llevan a una vida más libre, más dichosa, más vital.