18 de agosto 2015
La Princesa. (Eneatipo 2)
El historiador romano Dión Casio, nos relata el momento culminante del encuentro:
“Cleopatra apareció ante Octavio de luto, pero con dignidad e irresistible belleza. En esta última entrevista con el vencedor, intentó seducirlo como había hecho antes con Julio César y Marco Antonio…”
Cleopatra se ganó, sin duda, un lugar en la historia como símbolo de la seducción. Quizá es la primera “femme fatal” de quien tenemos registro.
Logró fascinar y poner a sus pies al orgulloso Julio César, que llegó a ella para conquistar su reino…
Años después, volvió a lograrlo con Marco Antonio, con quien vivió un idilio que nos llega como leyenda hasta nuestros días.
Y aún intentó ser encantadora frente al tercer conquistador, Octavio. No sabemos de qué artes se valió este último para resistirse.
Cleopatra es un ejemplo vivo, y un tanto extremo, de la personalidad tipo 2 del Eneagrama*, que podemos llamar “La Princesa” (también se le conoce por su pasión: el Orgullo).
“La Princesa” es alguien que:
… Tiene un concepto superior de sí misma, está convencida que tiene mucho que dar, y que su sola compañía es un regalo para otros.
… Puede tener un carácter voluble, inconstante, siempre busca la novedad.
… Usa la seducción como un estilo muy importante en sus relaciones. No sólo en el sentido erótico, sino en que suele ofrecer más de lo que realmente puede cumplir o dar. Por eso mentir puede ser parte de un hábito
un tanto inconsciente.
… Está orientada hacia el placer, no acepta restricciones con facilidad y tampoco respeta los límites de otros.
… Le encanta sentir el privilegio de ser siempre la primera, la preferida. Por eso, a pesar de las promesas de “amor eterno” que puede hacer, en realidad este amor está en función de su propia satisfacción y engrandecimiento.
… Tiene una necesidad constante de reconocimiento, no tanto de una manera competitiva, sino como una forma de satisfacer su necesidad de sentirse amada.
… Carece de suficiente consistencia o coherencia. Le disgusta la monotonía, la rutina, la predictibilidad. Vive hambrienta de intensidad y novedad.
… Le gusta buscar privilegios, que la gente esté a su disposición.
… Es un tanto demandante y caprichosa. En ocasiones, difícil de satisfacer.
… Físicamente, parecen integradas y vivaces; con gestos animados y expresión de vitalidad. Sus movimientos parecen flexibles, sin embargo, la conexión consciente con su cuerpo en realidad es superficial.
… Su espalda es poco flexible, el cuello suele estar tieso y mantiene la cabeza erecta. El frente del cuerpo (tórax y abdomen) está endurecido.
… De pequeñas aprendieron que el amor es algo que había que ganarse, y aprendieron a hacerlo dando para poder recibir.
Si estos son rasgos personales que reconoces en ti, en tu manera de pensar, sentir y actuar, es probable que tu personalidad esté organizada de acuerdo al estilo caracterológico de “La Princesa”.
Y aunque tu seducción y encanto tengan impacto en los demás, en realidad persiste tu gran necesidad de ser necesitada, de recibir confirmación y sentirte validada de esta manera.
Por eso tu necesidad de sentirte amada se mantiene crónicamente insatisfecha. Manipular nunca consigue nutrir realmente el amor propio (autoestima), ni logra que te sientas amada con profundidad.
Una “Princesa”, dominada por sus impulsos y sus pasiones, puede terminar constelando una tragedia -como sucedió con Cleopatra-.
En cambio, una personalidad de tipo 2 en contacto consigo misma y consciente, puede desarrollar las virtudes que caracterizan su esencia: humildad, autentica generosidad y una profunda capacidad de entrega amorosa. Esto fue lo que logró la madre Teresa de Calcuta.
¿A ti, qué te gustaría crear para tu vida?
* El Eneagrama, es un conocimiento milenario de origen sufí que nos aporta mapas detallados de la personalidad humana, así como técnicas y herramientas para la evolución de la conciencia.
Hasta pronto,
Jorge Galindo
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Atención!!!
Y tú… ¿Cómo te sientes a veces?; ¿Como Cleopatra?, ¿Julio César?, ¿Marco Antonio?…
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