16 de Diciembre de 2012

Apenas comenzamos a vislumbrar el potencial y el alcance  de este nuevo movimiento del proceso evolutivo: ser agentes encarnados de la evolución.

Esa es la posibilidad presente en este cuarto «Big Bang».
Es como si la infinita fuerza cósmica que impulsa la evolución desde el inicio de los tiempos, estuviera despertando, tomando conciencia de sí misma… a través de ti y de mí.
No estás en el universo… eres una parte intrínseca de él.
Un punto focal donde el universo se está haciendo consciente de sí mismo.
¿Cuál es el reto al que nos invita este movimiento evolutivo, en medio de cambios profundos y crisis personales y sociales?
¿Qué puedes hacer frente a éste, el desafío más significativo de nuestros tiempos?
Puedes impulsar de manera deliberada y consciente este movimiento en ti mismo y en las personas a tu alrededor; puedes promover la manifestación de esta cualidad de conciencia  en la tierra.
¿Cómo puedes hacer tu parte?
 
Haciendo que tu posibilidad cuente, tomando tu oportunidad responsablemente.
La buena noticia es que no tienes que ir lejos para buscar la motivación y la energía que puede sostener tu movimiento.
Ya está ahí, latiendo en tu corazón, en esa parte de ti que se atreve al cambio y a desafiar lo desconocido para encontrar tu verdad.
Está ahí, en ese deseo por elevar la calidad de tus relaciones, cuando sientes en ti esa inquietud por buscar el bien mayor.
Está ahí, en el cuidado con el que aportas para el bienestar de otros, cuando reconoces que lo que haces con tu oportunidad de vida sí importa.
 
Quizás esa parte de ti es tu dimensión más esencial.
 
Quizás ahí eres uno con la fuerza evolutiva del universo.

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