3 de Enero de 2012

Existe una relación directa entre lo que pasa en tu cuerpo y lo que pasa en tu mente. No importa que no la percibas conscientemente: esta relación existe.
Puedes percibir fácilmente manifestaciones de esta relación:
Al estar tristes, lloramos…
Al estar ansiosos y angustiados, nos duele el estómago…
Sin embargo, a veces sucede que de tan evidentes y cotidianas, dejamos de percibirlas, tal como dejamos de percibir que estamos rodeados de aire.
Estas conexiones tienen más profundidad de lo que a simple vista parece. De hecho, la ciencia ha encontrado cada vez más y más evidencia que confirma que nuestros pensamientos y sentimientos tienen mucha influencia sobre la salud del cuerpo.
Todas las emociones que comúnmente llamamos negativas (enojo, tristeza, culpa, vergüenza), si las reprimes, terminarán siendo cargas emocionales que afectarán tu salud.
Seas consciente o no…
Te guste o no…
Más tarde o más temprano…
El organismo va a terminar expresando lo que has enterrado… con diferentes síntomas e incluso con una enfermedad.
Una premisa que sostenemos en CORPORE es que nuestro cuerpo es sabio: sabe comunicarse; expresa a través de sus síntomas el lenguaje inconsciente.
Y si aprendes a leer los síntomas y señales corporales, podrás averiguar qué hay en las profundidades de tu conciencia.

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