Pon a diez genios a trabajar juntos en una habitación, y lo más probable es que termines sin una sola creación genial.
Los conflictos, el choque de egos, las rivalidades, los protagonismos… todo esto hará que el valor del equipo termine siendo igual a cero.
Por otro lado, pon a un grupo de gente no-tan-inteligente, pero que hacen buen equipo. … el resultado puede ser increíble.
Esto es lo que descubrió la compañía Google en una investigación que llevó a cabo. La pregunta que se plantearon era: ¿qué hace que los equipos hagan “click” y den resultados efectivos, funcionales y en retrospectiva, obvios?
Los investigadores notaron que en los grupos eficaces destacaban dos comportamientos:
Sus miembros hablaban aproximadamente en la misma proporción. Es decir, todo el mundo hablaba durante cada tarea.
A este fenómeno los investigadores lo llamaron: «turnos de conversación equilibrados”.
Otra forma en la que se expresaba este «equilibrio”, era en la forma en que él liderazgo se movía entre los miembros del equipo. Como si tomaran turnos.
En cualquier caso, al final del día, todo el mundo terminaba hablando más o menos en la misma cantidad.
»Siempre y cuando todos hayan tenido la oportunidad de hablar, el equipo funciona bien», afirmó el director del estudio. »Pero si sólo una persona o un pequeño grupo hablan todo el tiempo, la inteligencia colectiva disminuye».
En segundo lugar, los buenos equipos tenían una »sensibilidad social por encima del promedio». Esta es una forma elegante de decir que eran capaces de percibir cómo se sentían las demás personas [empatía]. Ya sea en función de su tono de voz, sus expresiones u otras señales no verbales.
Notaban con mas facilidad cuando alguien se sentía molesto o excluido. La gente en los equipos ineficaces, por el contrario, se calificó por debajo del promedio. Parecían, como grupo, tener menos sensibilidad hacia sus colegas.
Estos son dos principios interesantes que pueden ayudarte con cualquier grupo que interactúes. Como líder de un equipo de trabajo, como maestro en la escuela, incluso en tu familia.
En tus grupos, ¿puedes promover un balance más equilibrado en la plática?
¿Qué tanto motivas una mayor “sensibilidad social”?