“Nos empeñamos en dirigir sus vidas,
sin saber el oficio y sin vocación,
les vamos transmitiendo nuestras frustraciones,
con la leche templada, y en cada canción…”
“Esos Locos Bajitos”, Joan Manuel Serrat
Como padres, nos acercamos a nuestros hijos convencidos de lo que podemos enseñarles de la vida.
Es cierto: tenemos más experiencia, más información y hay cosas que necesitamos ayudarles a descubrir.
Pero nuestros hijos también están aquí para enseñarnos. A veces, tanto (o más) que
nosotros a ellos. Cuando pequeños, pueden ayudarte a ver un mundo libre de prejuicios. Por ejemplo, no evitan a las personas por su apariencia o su nivel económico. Simplemente expresan con libertad sus emociones y sentimientos. ¡Qué gran lección!
O pueden estar fascinados por media hora con una olla y una tapa.
O nos demuestran que los zapatos tienen más de una función.
Viven su vida inmersos en la novedad y el asombro. Su existencia transcurre en un “eterno presente”.
¿No te gustaría aprender de esto?
Después de todo, casi todos los caminos espirituales que conozco, nos invitan a redescubrir esta manera de ver y relacionarnos con la vida.
En este aprendizaje, ¡tus hijos pueden ser tus pequeños gurús!
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Jorge Galindo
Director CÓRPORE
www.corporal.com.mx