Boletín 11 febrero 2015

Conocí un mecánico que odiaba que sus clientes lo observaran mientras reparaba sus autos.
Decía que esos ojos inexpertos sólo podían ver la parte física del trabajo. Y que eso era sólo el 10% de lo que él hacía.
La mayor parte del tiempo, en realidad, se dedicaba a construir modelos mentales. Mientras físicamente “no hacía nada”, en realidad estaba pensando en los procesos requeridos, en diagnosticar las fallas posibles y decidir en qué orden las revisaría.
Los clientes, en cambio, sólo veían a un “perezoso lleno de grasa”… ¡Mirando al suelo! Esta es una manera simpática de recordarte que es importante reflexionar acerca de cómo utilizar tus recursos.
Si has leído (y sobretodo escuchado) los últimos cuatro boletines, a primera vista tal vez parezca que no tienen coordinación ni orden. Sin embargo, -igual que con el mecánico- tienen una secuencia deliberada.
Esta inicia con una practica que te ayuda a aceptar tu experiencia interna, cualquiera que esta sea. Es un “ejercicio” para desarrollar tu musculo de la tolerancia y aprender a estar con lo que es. Este es el primer paso para disminuir tu sufrimiento.
En la segunda y tercera prácticas, la intención es reducir y transformar esas reacciones difíciles que te generan angustia.
Y, finalmente, con la cuarta práctica, desarrollar tu capacidad de nutrirte de la dimensión “positiva” de tu experiencia.
Es como si en el jardín de tú psique comenzaras observando y aceptando lo que realmente hay. Luego te enfocas en quitar y transformar la “mala hierba”. Para finalmente terminar sembrando las flores.
Si practicas la “Respiración con vientre suave” tendrás un efecto fisiológico directo. Cuando tu vientre está flexible y respiras con profundidad, ayudas a estimular el nervio vago. Este nervio sube a través de tu abdomen y pecho hasta el sistema nervioso central en tu cerebro, activando la “respuesta de relajación”. Esta es el antídoto a la reacción de “lucha-huida” que suele disparar el estrés.
Con la segunda práctica: “Respiración con visualización guiada” puedes ayudarte a cortar los círculos viciosos que crean tus preocupaciones y visiones catastróficas con tus reacciones de ansiedad y miedo.
Cuando los círculos viciosos te atrapan, la tercera práctica: “Respiración de transformación” te ayuda a transformar el estancamiento de las poderosas energías emocionales que se encuentren atrapadas en tu cuerpo.
Finalmente, cuando te has “liberado” de estas reacciones, o cuando quieres nutrirte emocionalmente, la práctica de “Amor-bondad” te ayuda a activar tu corazón y a “sembrar flores” en tu experiencia.
La ciencia moderna confirma lo que la sabiduría milenaria siempre nos advirtió: el corazón actúa como el «coordinador global» en la sinfonía de funciones del cuerpo.
Este órgano sincroniza al sistema en su conjunto. Influye procesos en tu cerebro que controlan tu sistema nervioso, tus funciones cognitivas y tus reacciones emocionales.
Así es que respirar en tu corazón, no solamente se siente bien… te hace bien.
Este es tu “kit” para ayudarte a hacer frente a la situaciones que sientes como un reto, que vives como un problema. Si además de utilizarlas en momentos de necesidad especifica, poco a poco te habitúas a practicarlas diariamente, resultan una excelente manera de iniciar tu día.
(Si conoces alguna persona a quien pueda ayudarle, ¡COMPÁRTELO! Reenvíale este mensaje).
Frente al incierto y difícil panorama que este 2015 nos presenta, lo primero que necesitas es centrar, limpiar y nutrir tu principal recurso: tú mismo.
Ese es el requisito indispensable para poder dar tu mejor respuesta, para saber aportar constructivamente.
La paz que buscas, no es la paz que se desmorona tan pronto surge un problema o aparece una crisis.

Ya sea que busques tu paz interior o la paz en este país (ojalá y sea una combinación de ambas), espero que estos recursos te ayuden a construir, mantener y reencontrar tu centro cuando te enfrentes a las dificultades y el caos.

× ¿Cómo puedo ayudarte?