Imagínate que estás frente a una pista de atletismo, una alberca o cualquier escenario de tu deporte favorito.

Estás a punto de comenzar a correr, nadar… y tienes el reto de hacer tu mejor esfuerzo. Debes romper tu propio récord.

Ahora bien, Imagínate que esto lo estás haciendo solo. No hay otros competidores, no hay público en las tribunas… nadie te observa.

Bien, ahora te pido que te visualices frente a esta misma pista o alberca. Pero ahora imagina que estás rodeado de otros competidores y con cientos, quizás miles de espectadores. Todos de pie, emocionados, gritando, aplaudiendo… esperan que des tu mejor esfuerzo.

La invitación es la misma: romper tu propio récord.

Haz una pausa… y reflexiona por un momento: ¿en cuál de las dos situaciones lograrías tu mejor resultado?…

Si respondiste que en el estadio junto con otros competidores y rodeado de un público, ¡acertaste!

A este fenómeno se le llama «facilitación social».

Desde finales del siglo XIX, el Dr. Norman Triplett, profesor de psicología en la Universidad de Indiana, dirigió una serie de experimentos que fundamentaron esta teoría.

Encontró que cuando estamos solos, no funcionamos tan bien como lo hacemos cuando estamos acompañados por otros competidores y espectadores.

Esto ha sido comprobado una y otra vez a lo largo de la historia de records olímpicos y mundiales.

¿Por qué te comparto esto? Porque muchos de nosotros aún tenemos miedo de salir, hacer contacto con otros, e intentar que las cosas cambien.

Obsérvate por un momento. ¿Cómo reaccionas frente a las actuales condiciones sociales que vivimos en nuestro país?:

¿Tratas de ignorar lo que te molesta?, ¿te quedas soñando, esperando que ocurra algún milagro?

¿O, al revés, estás tan indignado y enojado que tu reacción se intensifica y sientes ganas de atacar?

Si canalizas junto a otros tus ganas de un cambio, tu insatisfacción o tu enojo serán una herramienta útil.

Es la energía, el recurso emocional que te motiva a cuidar tu integridad y protegerte.

Cuando no das salida a esta energía, es cuando se transforma en un resentimiento que lleva consigo el potencial de causar destrucción.

Esta energía tiende a arder sin descanso, justo por debajo de tu conciencia… robándote la paz.

Además, en tu mente el blanco de tu resentimiento se vuelve cada vez más perverso, y el potencial de que realices acciones destructivas (incluso con la gente cercana a ti, en casa, en el trabajo) es cada vez mayor.

Así que si te sientes indignado con lo que está pasando en nuestro país, ¡enhorabuena!, quiere decir que estás vivo.

La pregunta que te hago es: ¿Estás dispuesto a encausar esta energía junto a otros de una manera constructiva? ¿Una manera que te ayude a renovarte a ti y mejorar las cosas para todos?

Hasta pronto.
Jorge Galindo
Director CÓRPORE
www.corporal.com.mx
 

Síguenos en Facebook

*******************************

PD.- Córpore es una comunidad que te anima a ser la mejor persona que puedes llegar a ser. Que te ayuda a romper tu propio récord.

Te recuerdo que con mucho gusto abrimos una lista de espera para nuestro Entrenamiento Internacional en Psicoterapia Corporal por si quieres competir en la mejor pista, con los mejores aliados.

× ¿Cómo puedo ayudarte?